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Nos pertenecemos.

Jungkook había tenido un tiempo bastante complicado; hace unos días, no sabe cuántos con exactitud, su madre llegó con una fragancia desconocida en sus ropas. Desde que la alfa entró a la habitación algo pareció despertarse dentro del joven. Olía a vainilla con unos ligeros toques de café pintándola y por un momento quiso levantarse para averiguar todo sobre ese perfume delicioso que despertaba los más profundos instintos en su interior, pero era evidente que no podía, además... ¿Por qué le interesaría algo tan absurdo como un perfume?

Desde ese día, su lobo interno no hizo más que fastidiar con encontrar la fuente de ese aroma, no sabe con exactitud para qué, pero quería encontrarlo con desesperación, quería buscarlo incluso estando postrado en una camilla de hospital, para fortuna de su coherencia, no fue necesario caer en la desesperación de su alfa porque la persona poseedora de tal delicia llegó directamente a su habitación; pudo olfatear la hermosa combinación cuando no estaba siquiera cerca de su habitación, pudo sentir la vainilla filtrándose por cada espacio de su cuerpo como exigiendo que se levantara y le mostrara que su aroma podía mezclarse tan perfectamente... Fue tan extraño.

Jungkook estaba enfurecido porque sus instintos parecían estar más activos que nunca antes y quiso estallar de cólera cuando escuchó la puerta abrirse y la fragancia inundó el lugar, pero fue mucho peor al escucharlo hablar; era un omega, tenía la voz tan suave y delicada, lo supo desde la primer silaba.

—Yo... Creo que conocí a su madre la semana pasada —su lobo solo necesitó eso para reconocerlo.

"Mi omega". Sintió un dolor punzante en sus encías, su corazón parecía latir más rápido y su piel quería erizarse por el sentimiento; pero no iba a dejar que eso pasara, él no era así. Desde que Jungkook supo lo que eran las castas se juró a si mismo que ningún omega, beta o alfa lograría doblegar su corazón. Él nunca ha querido que su lobo gruña o se muestre posesivo por nadie en absoluto, por eso mismo utiliza supresores, sabe que tiene un buen rostro y buen cuerpo; no va a atarse a algo que no quiere ni querrá nunca.

Su lobo interior no estaba de acuerdo, pero se mostraba sumiso y nunca luchó demasiado por mostrarse ante los otros, nunca quiso hacer uso del poder que su casta pura le otorgaba porque nadie era lo suficientemente bueno para imponerse ante su raciocinio, nadie lo había enloquecido tanto... Hasta ahora.

Escuchaba todo a su alrededor, escuchaba cuando su madre lloraba cada vez que ingresaba a su habitación, escuchaba a su padre lamentarse por lo sucedido, las máquinas alertando de sus signos vitales cada momento y a los médicos diciendo que no hay nada por hacer más que esperar, pero los últimos minutos su cerebro y sobre todo su alfa, se enfocaron en una sola cosa; la linda voz de su omega.

Porque si, sabe que lo es, su exquisito aroma lo delata al enloquecerlo tanto. Conforme pasan las horas más se convence de que ese chico es suyo; su lobo se remueve contento cada vez que lo tiene cerca y sus toques... ¡Dios!

La primera vez que lo tocó todo su cuerpo sintió un escalofrío que removió hasta la más mínima partícula de su ser; su alfa rugió por levantarse, abrazarlo, marcarlo con su aroma y protegerlo de todos, pero claramente eso no es posible, Jungkook nunca dejará que su lobo tome el control de su ser, eso es completamente un no rotundo, así que lucha consigo mismo para apaciguar sus instintos, para no convertirse en ese alfa que nunca ha deseado ser.

El lobo interior se remueve y lloriquea ante la represión que su humano ha impuesto, pero de igual forma no hay mucho por hacer, sabe que no pueden despertar de ese sueño casi eterno en el que está, así que sólo vuelve a lo profundo de su ser, a esconder la cabeza entre sus patas delanteras, a sollozar por la dolorosa herida que le causa no poder tener a ese omega para él, para adorarlo cómo sabe que su omega se merece. Tendrá que esperar para tener entre sus brazos a ese chico de voz preciosa.

✧✦✧

El pecho de Jungkook y su alfa se llenan de gusto al escuchar la melodiosa risa del omega al hacer una broma sobre su hermana y su currículum, después el toque y esa corriente eléctrica se hacen presentes de nuevo, los tocó.

Jungkook no puede negar que el chico huele bien y su voz es muy linda, algo aguda, pero demasiado linda para su oír, es como una melodía para él después de largo tiempo escuchando solo máquinas y súplicas de que despierte, no lo malinterpreten, ama a sus padres y sabe que están destrozados, pero él lo intenta, jura que intenta despertar con toda su alma, pero simplemente no puede.

"Tocó nuestra nariz" el alfa se removió feliz. Jungkook nunca ha sentido demasiado de lo que su lobo siente, pero cada vez que el chico lo toca o le habla tan amistosamente, siente un revoloteo en el pecho como si su lobo fuera literalmente un cachorro que mueve la colita contento ante el toque. A Jungkook le parece divertida la confianza con la que ese chico se expresa y desenvuelve. Debe ser alguien divertido porque a simple oír se le nota.

Escuchó algo que llamó su atención, ¿el omega dijo que conoció a su madre la semana pasada? Es la segunda vez que lo menciona pero no pudo pensar mucho en cuando escuchó lo siguiente que salió de sus labios.

—Tienes que recuperarte, alfa —el omega acarició su cabello pero el tiempo ya se había detenido por un segundo. Tuvo una sensación de vértigo naciendo en la boca del estómago, tal vez eran náuseas por escuchar que alguien lo nombraba por su casta, tal vez era un síntoma secundario por la medicación, o tal vez era todo su ser encendiéndose por escuchar esa palabra viniendo de esa voz, de ese omega.

"¡Nos llamó alfa!" el lobo ahora parecía estar brincando emocionado ante el apodo. "Tienes que despertar, Jungkook... Déjame intentarlo" pidió pero ante la negativa de su parte humana volvió a tranquilizarse, después de todo aún estaba un tanto aturdido por los supresores. La parte racional de Jungkook no daba crédito a lo que sentía, hace años que su alfa se dio por vencido, hace demasiado tiempo que su lobo no intentaba tomar el control. No debería estar tan emocionado y pidiendo algo que no le va a dar, él no va a tomar el control de su cuerpo nunca, no entiende qué le pasa con este chico.

¿Por qué lo emociona tanto?

✧✦✧

—¡Estoy de vuelta, Jungkook! —de nuevo aquella preciosa voz.

"¡Regresó, mi omega regresó!" canturreó emocionado el lobo, pero rápidamente le fue recordado que él no tiene omega, ni lo tendría nunca, era algo que sabía muy bien. Jungkook estaba con chicos y chicas siempre, pero nunca ha tenido una relación que le permita encariñarse con alguien, sabe que su humano no quiere algo a largo plazo y está bien con eso, aunque con este omega, aceptarlo le está doliendo más de lo normal.

—¡Tendrás visitas! ¡No puedes estar dormido mientras recibes visitas, ricitos! No te molesta que te diga así, ¿verdad? —preguntó la linda vocecita

"Puedes decirme como gustes" dijo el alfa y por primera vez Jungkook estuvo de acuerdo; el chico parece amistoso puede permitirle algunas cosas, no es un ogro amargado.

El alfa sentía que el omega movía su mano cuidadosamente haciendo alguna cosa que desconocía por estar inconsciente, así que se relajó ante el tacto y solo se dejó hacer cual pedazo de arcilla en las manos de un escultor.

—Tienes lindas manos, las mías son demasiado pequeñas y delicadas —rió el omega y nuevamente la colita imaginaria del alfa empezó a revolotear ante la melodía más bella que había escuchado.

"Tu mano encaja en la mía porque está hecha solo para mí, esto está destinado a ser, omega" el lobo ronroneaba ante el conocimiento de encontrar a su pareja, las caricias en su mano se prolongaron por unos minutos y él no podía estar más feliz por eso, después sintió un leve pinchazo pero no lo suficiente para que sus reflejos lo despertaran... Sus reflejos nunca lo despertaban.

—¿Sabes? No te ves como todos esos alfas gruñones, pareces alguien agradable —el alfa escuchaba atento al que sabe que es su complemento, hasta que escuchó una voz familiar.

—Lo es —la voz de su madre lo puso en alerta, es una alfa y el omega está presente, sus instintos demandan protección.

—Buenas tardes, señora —saludó—. Cuando la conocí aún no estaba realizando mis prácticas así que...

"La conoce, nuestro omega conoce a mamá" y la parte racional estaba igual de sorprendido que el animal, ni siquiera se corrigió en que el omega no les pertenece, solo se relajó cuando sintió el aroma y el beso de la alfa sobre su piel, las suaves caricias que le brindaba; ella nunca dañaría al chico.

Su madre y su padre siempre lo llenaban de mucha paz y tranquilidad, a pesar de que los últimos tiempos solo escuchaba sus voces llenas de dolor, le seguían transmitiendo la paz necesaria para que su ser se calmara, para que todo pareciera mucho más esperanzador; tiene que despertar, esforzarse y volver con ellos para nunca volver a lastimarlos.

—¡Ay, eres tan adorable! —mencionó la alfa

"¿Ves? ¡A mamá le agrada!" discutió el alfa y ahora fue el turno de la parte racional de meditar al respecto, su madre es una alfa, muy pocas veces agrada de otros que no sean de su familia y escucharla tan cariñosa con un omega es algo... peculiar. De pronto la lavanda se intensificó un poco, con toques agrios, conocía muy bien ese olor, últimamente era el único que su progenitora liberaba; tristeza y más tristeza.

—No se preocupe, va a mejorar —escuchó la voz tranquilizadora del omega—. Si no se despierta por sí mismo, seguro lo hace para callarme por hablarle tanto —y el alfa no pudo estar más feliz por lo siguiente que escuchó; su madre reía, reía fuerte y sinceramente.

"Gracias, cachorro" pensó Jungkook, no iba a discutir con su alfa, él también quisiera despertar y agradecerle infinitamente a ese omega por darle al menos un poco de alegría a su madre, no tiene noción del tiempo pero está seguro que ha pasado demasiado desde que su madre rió de esa manera.

La habitación volvió a ser neutral en cuanto a la lavanda y al exquisito aroma a vainilla y café, sentía movimiento en sus extremidades. El omega y la alfa estaban moviéndolo y agradece eso, su cuerpo se tensaba y dolía un poco al estar tan quieto. Se relajó ante los ejercicios y ronroneaba ante los cuidados que el de voz hermosa tenía con él.

—Bien, te veré en un rato más —sintió que iba a dejar su mano vacía así que tenía que tomar ventaja de la relajación de su parte humana, Jungkook estaba concentrado en su cuerpo destensionado, tenía la guardia baja así que su alfa trató de tomar el control, y aunque aún estaba debilitado y aturdido logró apretar la mano de su omega.

"No me dejes, no puedo protegerte si te vas" el alfa estaba aterrado ante la idea de perder a su pareja, la parte racional volvió a enfocarse y luchaba consigo mismo para evitar que el lobo se apodera de sí. "Omega, mío, por favor".

—¡La diosa Luna! ¡Te apretó la mano! —no prestó mucha atención a la voz materna pero lograba escuchar sus palabras de aliento, eso solo animaba más al alfa a luchar contra el raciocinio, tenía que hacer que su instinto se apoderara de todo, necesitaba cuidar a su omega. Estaba solo, no sabe si come bien, si descansa bien, si lo tratan bien, tenía que protegerlo ahora que lo tiene con él—. Vamos cachorro, puedes despertar, ¡tú puedes! —lo animaba su madre pero Jungkook estaba tan concentrado en apagar sus instintos que no se dio cuenta de lo que su alfa lograba si lo dejaba salir.

—¡Vamos, Jungkook! Despiértate o seguiré parloteando hasta que te levantes a callarme.

"Déjame despertarnos, déjame intentarlo" suplicaba alterado pero era débil aún, así que no lograba demasiado, la razón venció al instinto y poco a poco cedió en el agarre.

Jungkook volvió a la inconsciencia profunda por la debilidad, estando tan cerca de conseguir lo que no sabía que necesitaba.

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